Su representante más famoso, el príncipe Clemens von Metternich (1783-1859), canciller austriaco, fue durante treinta años el hombre más poderoso en la monarquía de los Habsburgo. Tuvo una gran influencia en el destino de toda Europa, así que no resulta extraño que dejara también su huella en la pequeña ciudad de Kynžvart, en la que la familia tenía su residencia de recreo…